La Pandemia de COVID-19 o coronavirus, está provocando lo inimaginable: los gobiernos han solicitado que se paralicen labores industriales parcial o totalmente, se está promoviendo el teletrabajo y según expertos, lo que se avecina es una recesión económica mundial.
A continuación, Rodolfo Guillén, administrador de empresas y experto en negocios y procesos de reingeniería del Programa Servicios Expertos de Consultoría (SEC) de Guatemala, ofrece un posible panorama de la economía nacional durante y después de la pandemia.
“El impacto aún no es visible. Se prevé por organizaciones internacionales que el PIB decrecerá lo que suele traducirse en desempleo y más pobreza. Los expertos prevén una disminución de la actividad económica, menor demanda de servicios turísticos, una caída en los precios de las materias primas y temor de los inversionistas dificultando obtener Inversión Extranjera Directa”.
2. ¿Por qué dicen que el sector de micro y pequeña empresa es de los más afectados por la crisis?
“Tradicionalmente el sector económico más débil son los microempresarios, pues no tienen ahorros para enfrentar contingencias, su estructura administrativa es frágil y carecen de un plan estratégico que prevea situaciones adversas. Suelen vivir al día, con pocas proyecciones de crecimiento sostenible. El dueño / gerente conoce bien el negocio, pero casi nunca sabe de administración. Una crisis de baja magnitud suele poner en apuros económicos a este sector. Una pandemia es algo que no conocíamos y hace impredecible el futuro en el mediano plazo. Puede ser un golpe devastador para las empresas que no se adapten a lo inesperado”.
- ¿Qué pasa con la mediana y gran empresa, qué efecto podría tener esta crisis?
“Las empresas medianas, con empleados entre 50 y 250 son más estables. Cuentan con una estructura administrativa departamentalizada y una estructura financiera más solvente que les permitiría subsistir un período más largo que las micro y pequeñas. Sin embargo, ante la imposibilidad de vender o producir, despedirán a sus colaboradores, en aras de subsistir.
Las empresas grandes con más de 250 empleados son la minoría. Al igual que las anteriores pueden soportar la presión financiera, pero invariablemente provocarán desempleo para garantizar la subsistencia de la empresa”.
- Como experto ¿qué recomendaciones les daría a los empresarios de MIPYMES para mantenerse a flote?
“La recuperación económica que esperábamos en 2020 no ocurrirá y un año con crecimiento negativo es un escenario probable. Las primeras consecuencias son la imposibilidad de honrar el compromiso de los salarios de los empleados, los impuestos, los pagos a proveedores y otras responsabilidades adquiridas por el giro del negocio.
La creatividad y la innovación son las herramientas para salir de la crisis. Hay que pensar ‘afuera de la caja’. Habrá empresas que temporalmente deberán cambiar el giro de su negocio, pues si no lo hacen podrían cerrar operaciones. Acá se necesitará toda esta innovación puesta en acción, basada en un plan para el nuevo negocio. Esta creatividad es una ‘virtud chapina’.
Las MiPymes deben analizar sus propias empresas a la luz del largo plazo. ¿El producto o servicio que se ofrece tiene prioridad en sus clientes? ¿Es un producto sustituible por otro? O ¿es descartable? ¿Se puede mejorar? ¿Qué otra actividad se puede desarrollar que tenga ahora mismo una gran demanda? ¿Cuáles activos se pueden vender para capitalizarse? ¿A qué se está dispuesto para enfrentar la crisis? ¿Se hará lo que sea necesario?
Es indispensable comprender que una empresa puede subsistir varios años fiscales con pérdidas, sin embargo, no puede subsistir sin efectivo. Mantener un flujo de efectivo positivo, es indispensable para garantizar la sostenibilidad de la empresa. La creatividad puesta en acción consistirá en tener una empresa donde los clientes compren para poder contar con capital de trabajo”.
Ana Lucía Castillo redacción Distrito.